domingo, 13 de marzo de 2011

REGRESO DE LOS PIES A LA TIERRA


Me quedo petrificada ante las imágenes en mi televisor, las primeras  noticias recibidas me hacían pensar  que era uno mas de esos terremotos  a los que están acostumbrados los japoneses, nadie como ellos para minimizar las victimas en un país habituados como están  a los grandes seísmos, sistemas de alarma y sistemas antisísmicos en sus edificios, que se mueven en dirección contraria a los movimientos telúricos.

Ellos tercera potencia mundial, ricos, inteligentes, poderosos.

 A ellos como a todos nosotros se nos olvida que no somos nadie, que el poder no es nuestro si no de los dioses que gobiernan el universo, somos pequeñas partículas que se mueven según le de el aire a la naturaleza, madre  diosa y señora a la que maltratamos e ignoramos cuanto nos da la gana. De vez en cuando ella nos pone en nuestro sitio, no somos nada, no somos nadie, “no lo olvidéis  o  tendré que venir a recordároslo”.
Y nos lo recuerda, ese mar que entra en la tierra y arrastra, barcos, coches edificios, y todo lo que encuentra a su paso, sin que nada ni nadie pueda detenerlo

 Hoy, ayer, mañana, no olvidemos que somos lo menos importante de la creación lo más frágil, tenemos un mundo volátil asentado sobre un núcleo ardiente y en constante evolución, podemos jugar a ser dioses pero no dejaremos de ser lo que somos, criaturas que con solo un movimiento de culo de la tierra, nos barre a todos.

Mi más sincero pésame a todos las personas que hoy sufren la desgracia de estar  en el sitio exacto en el peor momento. Y mis deseos de que los gobernantes entiendan que hay que mirar más allá del poder, de la riqueza, de ese bienestar cómodo. Que una central nuclear no es la mas segura de las energías y mas barata; es posible que sea así, pero no olvidéis que ellas, están asentadas  y metidas en la tierra, y…señores míos la tierra no tiene dueño, esta viva y ella manda.

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