Estupidez cotidiana
Que fácil dejarse querer,
que
difícil fingir que quieres
Que
fácil mentir, que difícil creer.
Que
sencillo ser natural,
que
raro encontrar la verdad.
Que sencillo ser feliz,
que
imposible hallar quien te de la felicidad.
Que
bien que puedas amar,
que mal que no lo desees.
Que bonito sonreír,
que pena, tener que forzar la sonrisa.
Que
bien compartir sinceridad,
que
mal, saber que no es cierta.
Que
pena perder el tiempo dándote a quien no sabe entregarse.
Que
desperdicio de besos entregados a quien no los merece.
Que bien que te abran los ojos,
que mal
cerrarlos por comodidad.
Que pena renunciar a lo que te hace feliz,
por
falta de sangre para arriesgar.
Isabella