lunes, 25 de abril de 2011

Semana Santa

No creáis que no me gusta la semana santa, que no es eso, gustarme como fiesta me gusta, aunque no entienda muy  bien lo de los santos y procesiones.
Hacia muchos años que no salía de casa en estas fechas, y hete aquí, que este año por obra y gracia de la Carcelen, me voy a Jumilla a ver las procesiones, había pensado yo , sin ningún  tipo de criterio que quizás con esta crisis la gente se iba aquedar en casa, por que no hay dinero para fiestas, ni para hoteles ni para vestirse de largo ni cucuruchos , pero como siempre, yo no me entero de nada, estaba la plaza…”abarrota”, y los hoteles, y los restaurantes, y la autovia y como no la autopista.

Hoteles en Jumilla hay dos, uno bueno, (que estaba al completo) y otro menos bueno, pero que tenia disponibilidad para esos días que pensaba quedarme.  En principio no pintaba mal cuando llegamos a recepción, nos dieron la habitación 203, y nosotras muy sabias nos fuimos para ella, a mi me encanta pasar la tarjetita en la ranura y me seduce ver la luz verde de pasa que estas en casa, pero ¡Oh sorpresa la mía! que antes de encajarla en la ranura de adentro, piso en agua. Si, metí el zapato en un charco, mire hacia atrás con sorpresa de no poderlo creer  y  le dije a Lola: agua, tocamos agua y ¿nos hundimos? estaba la habitación inundada, no tipo “se ha salido el agua”, mas bien…”estamos inundados y naufragamos”. El personal del hotel muy aplicado nos dijo que se habían dejado la ventana abierta y las lluvias semanasanteras hicieron el resto.

Nos dieron otra y solucionado, pero olía por la noche a alcantarilla, que es otro pueblo de Murcia, pero no el mismo.La noche fue espesita dado que se suspendió la procesión a mitad de la misma, por una tormenta inesperada que hizo correr a los santos y a  los devotos en todas direcciones, y nosotras, la Lola y yo, hacia el bar mas cercano. Con tanta agua el bar, estaba: como no: "abrarrotao”, pero el camarero muy simpático el nos dijo que había sitio abajo, si no nos importaba la multi-racialidad, y no, nos importo, pero según bajábamos las escaleras aquello parecía la sala de videojuegos de San Quintín, ¡que miedo ¡  y que ganas de tomarnos un cubata, nos hicimos las modernas y alternamos con la diversidad. El cubata no tenía nombre , el ron tampoco, y Jack Daniels, era Jacinto Daniel; descansamos las piernas y emigramos ( sin tomarnos las bebidas raras) a otro lugar mas entonado sin tanta multicultural.
Allí si había ambiente majo, y los cubatas eran auténticos, tanto que dejamos de sumarlos para amontonarlos encima; Como nos echaron a destiempo ( el nuestro), nos los llevamos puestos, en vaso de cristal por todo Jumilla, hasta el hotel; atravesamos el pueblo con parada para piti, y desahogo , del tipo necesito respirar,(sobre todo Lola) y llegamos a nuestro camarote. Todo iba bien hasta que vencida por el sueño cerré los ojos, y es cuando tome conciencia de que nos habían quitado el mar pero me habían dejado el mareo, pordio…era cerrar los ojos y montarme en una cama giratoria, ¡que marejada más profunda! Me mantuve con los ojos abiertos todo lo que pude, hasta que me di cuenta que me había dormido y entonces me desperté para dormirme tranquila; la noche quedo en calma y el día amaneció soleado, con lo cual… nos fuimos al mar de Alicante; pero esa es otra historia.

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